viernes, 5 de septiembre de 2008

ARTE CONTEMPORANEO

Arte contemporáneo
Uno o más wikipedistas están trabajando actualmente en extender este artículo.Es posible que, a causa de ello, haya lagunas de contenido o deficiencias de formato. Por favor, antes de realizar correcciones mayores o reescrituras, contacta con ellos en su página de usuario o en la página de discusión del artículo para poder coordinar la redacción.

Este artículo o sección sobre arte necesita ser wikificado con un formato adecuado a las convenciones de estilo.Por favor, edítalo para cumplir con ellas. No elimines este aviso hasta que lo hayas hecho. ¡Colabora wikificando!
El arte contemporáneo se suele definir como el arte elaborado después de la Segunda Guerra Mundial. Los museos de arte denominan arte contemporáneo a las colecciones de este periodo.
En sentido amplio, el arte contemporáneo es el hacer artístico que se desarrolla en nuestra época. En el caso del arte contemporáneo, se desarrolla desde la teoría postestructuralista la cual ha acuñado el término "postmoderno", ya que desde esa teoría se vislumbra la imposibilidad de seguir creando desde los preceptos de la originalidad y la novedad (elementos propios de la modernidad); en lugar de ello se apunta a elementos como reinterpretaciones, resignificaciones y el giro lingüistico con el fin de ampliar el concepto de arte y establecerlo como un acto comunicativo.
Este tipo de prácticas se inician desde la obra de Marcel Duchamp (fuente 1917) y sus cuestionamientos de la institución del arte. Pero este pensamiento se comienza a ampliar y a tomar seriamente desde la década de los setenta hasta nuestros días con el redescubrimiento de la obra de Duchamp y de los Dadaistas de principios del siglo XX a manos de artistas como Robert Rauschemberg, teóricos como Roslind Krauss y toda la escuela postestructuralista, que pusierón este pensamiento dentro del main stream internacional.
Tabla de contenidos[ocultar]
1 Antecedentes, Modernidad (Siglo XVIII)
2 Postmodernidad (Siglo XIX)
2.1 Entre los siglos XIX y XX
3 Arte contemporáneo (Siglo XX)
3.1 Primera mitad del siglo XX
3.2 Segunda mitad del siglo XX
3.3 La crisis del objeto artístico
4 Museos
5 Centros de Arte Contemporáneo
6 Movimientos Artísticos
7 Artistas destacados
8 Bibliografía
9 Enlaces externos

Antecedentes, Modernidad (Siglo XVIII)

Romanticismo
Artículo principal: Romanticismo

El Quitasol (1777) Francisco de Goya
Fue un movimiento artístico, que luego de la Revolución Francesa, ocurren cambios culturales, sociales y políticos que se van a reflejar en el siglo XIX. Los movimientos anteriores del neoclasicismo y el rococó, dieron como consecuencia al Movimiento romántico, que seguiría con el Realismo y posteriormente el Modernismo. La Revolución Industrial en el siglo XIX, generará un cambio significativo en la industria, las máquinas, y el inicio del desarrollo de la nueva tecnología o tecnología moderna, incluyendo los avances en las ciencias. Después de que el neoclacisismo surga como consecuencia al barroco y al rococó; el romanticismo viene a ser la siguiente tendencia, y antecede e influye al movimiento moderno. En el movimiento romántico por primera vez se comienza a desligar en las artes de las formas clásicas, y el artista comienza a liberarse de las normas y modelos artísticos, que continúan con el realismo, y luego se rompen los esquemas con el movimiento moderno o modernismo, El hombre romántico busca liberarse de los modelos clásicos anteriores, lograr un arte más espontáneo, comenzar a cambiar la forma de trabajar el arte, y verse en su interior.
Véase también: Categoría:Pintores del Romanticismo
Realismo
Artículo principal: Realismo

Der Neuenburger See(1875), Gustave Courbet
Fue un movimiento artístico surgido en conjunto y en oposición al romanticismo, por lo que el realismo se niega a las fantasías y formas poéticas del romanticismo, y busca representar la imagen artística de formas perceptivas con caracteres reales, acercándose más a la realidad. Tuvo influencias en las artes surgido el movimiento del capitalismo y la industrialización con el desarrollo de la industria moderna en Inglaterra. Mientras los románticos tenían una forma poética del arte, los realistas se acercaban a la realidad. Courbet fue el máximo representante del Realismo. El Realismo sirvió de base al movimiento artístico del Impresionismo, que tanto en pintura, escultura y arquitectura como movimiento; fue el más importante de los tiempos modernos.
Véase también: Categoría:Pintores del Realismo

Postmodernidad (Siglo XIX) Impresionismo

Claude Monet - Branch of the Seine near Giverny

Still Life with Gloves and Pine Branch, Vincent Van Gogh

Entre los siglos XIX y XX

Las artes figurativas pasan por un proceso de transformación, cuyos orígenes están en las viejas culturas euroasiáticas, éstas con una motivación religiosa, firme apoyo en la naturaleza y un centro en el hombre. Desde las cuevas de Altamira al neoclasicismo, pasando por el Partenón, el arte tiene una justificación humana y naturalista.
La máquina hace su aparición, y con ella, las fuerzas gigantescas de nuestra época. Por eso los impresionistas utilizan el tema de la locomotora rauda y humeante. Atrae todo aquello que sea dinámico. Se pinta la luz misma, independiente del objeto. En el impresionismo el tema quedó separado de toda trascendencia. Es una mera fulguración. Luego, con los movimientos del siglo XX, el tema acaba desapareciendo, surgiendo lo que se llama el pretexto. Los artistas ya no tendrán interés en pintar nada concreto, y titularán sus cuadros figuras, objeto, composición, etc. El humanismo se agota. Gauguin se marcha a Tahití, en busca de motivos y personas no contaminadas con las civilizaciones blancas. Hay un afán por conocer. Se alcanza una sobre valoración del arte de estas aisladas culturas. Surge en la pintura lo que se ha llamado el ingenuismo, esto es, la espontaneidad de la expresión. Y por eso nada sorprende que haya interesado especialmente al pintor de hoy, el arte del niño y del demente, regiones que también se quieren englobar dentro de la producción artística. Se penetra en zonas antes vedadas, como el subconsciente. Se desea llegar a las fuentes mismas de la energía, y muchos artistas divagan sobre el problema de la generación (Miró). Existe por tanto, una notoria insatisfacción, y un inagotable afán de descubrir. Es el mismo proceso que se observa en las ciencias experimentales. Las artes figurativas podemos advertir dos tendencias contrapuestas. Una se erige en continuadora del viejo arte. Esta tendencia conservadora sigue respetando de la forma y la técnica como bases inmutables de la producción artística. Escultores como: Maillol, Bourdelle, Clará y otros tantos; y pintores como: Modigliani, son buenos testimonios. La otra tendencia busca la desintegración de la realidad, deseosa de una especie de liberación de la energía creadora del artista.
Los Simbolistas
Artículo principal: Simbolismo
Movimiento o grupo de artistas que surgen en oposición al Realismo, que considera que el arte debe ser una idea y una creación a partir de lo perceptivo y visual. Los simbolistas también se vinculan a la literatura y la filosofía. Se difundió en numerosas revistas, apoyada por la obra filosófica de Bergson, quien fue el portavoz de los simbolistas. Con Paul Gauguin, se ve el mundo exterior como lo siente el espectador. Se debía expresar una idea. Baudelavre inició una propuesta literaria llamada "correspondencia", que es la relación entre el alma y los que aprecian la naturaleza inanimada. Gauguin, Cézane, Van Gogh y Seurat, desarrollan y amplían el impresionismo, cambian y modifican hasta crear el postimpresionismo. El término postimpresionismo, fue utilizado por el crítico inglés Robert Fry en la exposición "Manet and the Post-Impresionists" en Londres en 1910.
Véase también: Categoría:Pintores simbolistas
Postimpresionismo

Arte contemporáneo (Siglo XX)

El arte en el siglo XX, la ruptura con los módulos tradicionales, es una de las características de la vida contemporánea. Los avances científicos han ofrecido al hombre unas enormes posibilidades para el desarrollo de su personalidad. El artista ha accedido a su completa libertad. La técnica dice al hombre, por un lado, que puede intentarlo todo; pero no sucede esto sin crearle al mismo tiempo una nueva esclavitud: la de la máquina. Vivimos en un mundo de repetición, que pese a su comodidad, produce un gran desassosiego. De ahí que el arte exprese la paradoja de nuestra vida. De un lado, la complacencia en un mundo tecnificado, que busca lo más barato y sencillo, y por otro, la insatisfacción del espíritu. Frente a la mecanización de la existencia, el hombre trata de escapar buscando la eterna irracionalidad del arte. La producción artística en nuestro siglo, ha cobrado una intensidad agobiante, sobre todo en el arte de la pintura. Todo se ha intentado, todo se ha hecho posible. Si se habla de una nueva arquitectura espacial, si es posible una ciudad subterránea, también la escultura se ha convertido en un objeto que se mueve, e igualmente la pintura y la misma escultura, confunden sus límites; hasta la misma música ha llegado a ser conjugada con las artes plásticas. Nunca ha habido un mayor poder asociativo entre las artes. Pero es evidente que esta libertad para inventar y crear, ofrecer también un arte "de mal gusto" (o arte degenerado). Esta es parte de la verdad que encierra un término de moda: el kitsch. Si el arte debe tener una finalidad trascendente, el kitsch representa la trivialidad, el capricho sin depurar.

Primera mitad del siglo XX
Las Raíces del Movimiento Moderno
La fecha de nacimiento del movimiento moderno se establece en la primera aparición publicada de los Fauves en el Salón de Otoño Parisino de 1905. En la primera década del siglo XX, la tecnología, ciertamente, realizaba rápidos progresos, pero aún estaba lejos de haber penetrado completamente en la vida cotidiana de la mayor parte de los europeos. Las terribles condiciones sociales que habían impresionado a ciertos grandes escritores del siglo precedente, como Dickens y Zola, subsistían en gran parte sin que se hubiera puesto remedio; al abismo entre las distintas clases de la sociedad que persistía en todos los países de Europa; En Estados Unidos, además, con el nacimiento de una nueva plutocracia -Los Astor, Los Vanderbilt, Los Guggenheim, Los Goluf- parecían incluso hacerse más amplio, mientras las enormes riquezas de un continente se iban acumulado en manos de unos cuantos privilegiados.
Solía admitirse que el arte era, y debía seguir siendo, asunto de un grupo que, en relación con el resto del cuerpo social, era muy reducido, formado por la aristocracia, la plutocracia y la clase media acomodada y culta, su principal componente. Ciertos intentos, que existieron, de llevar al contacto con el público más amplio -de los que son ejemplos distintos, surgidos los dos en Londres, el Victoria and Albert Museum y la Whitechapel Art Gallery- debían su existencia a aquellos impulsos filantrópicos que fueron característicos del siglo XIX en la misma medida, al menos que lo fueron las injusticias sociales por otro lado. De modo significativo, la dirección de estas empresas estaban en manos de la clase media, y aunque los Fauve de 1905 eran verdaderas "bestias salvajes", como jocosamente los habían apodado los críticos de moda, no amenazaban más que la tranquilidad de un pequeño grupo social.
Expresionismo

Segunda mitad del siglo XX
En 1968 aparecería el artículo de Lucy Lippard y John Chandler, titulado "La desmaterialización del arte", en la Revista Art International. En el, aunque el propio titulo es ya por si significativo, se analizaba el proceso de transformación que vivía el arte contemporáneo. Los artistas habían intensificado la gradual desaparición del objeto a favor del concepto y del Arte efímero. Muchos de los artistas minimalista, como Morris, Smithson, Andre y otros emprendían trabajos en los que "el arte como idea" o la realización de obras en escenarios naturales, el denominado Land Art, eran los nuevos campos de experimentación. De hecho, era una vía de escape al callejón sin salida en el que parecían debatirse las poéticas más formalistas. Fue a principios de los sesenta cuando se hizo patente, tanto en el ámbito artístico estadounidense como el europeo, la cristalización y difusión de un nuevo tipo de arte, de unos nuevos comportamientos, o si se quiere; de una nueva manera de entender arte y vida. Nuevos escenarios: la calle, el desierto, las costas australianas, la montaña, es decir, cualquier lugar de la Naturaleza, pasó a remplazar los lugares habituales del arte. Los valores que habían ido prevaleciendo a lo largo de los siglos, vinculados a los medios artísticos, como la armonía, los colores, la composición, la masa, etc., eran repudiados y afloraban otros basados en el valor por lo efímero, lo pobre, el proceso, la analogía... Los medios tradicionales parecían no ser ya los apropiados para ser mensajes en si mismo desde el momento en que se eliminaba casi totalmente visivo-físico. A fines de los años sesenta, se habían dado algunas manifestaciones, en las que los nuevos comportamientos artísticos parecían exigir para el arte aquella libertad, que se reclamaba en los campus universitarios de Europa y valores establecidos, para llegar a un Estado integral, a un nuevo programa de vida y de intervención social. La misma disposición aparecía en distintos centros de Occidente con denominaciones diversas: Arte pobre, Land art, Arte conceptual, Anti-form, Process art, Earth works, Arte microemotivo, etc. Entre las primeras manifestaciones del Land Art, figuran la celebrada en la Dwan Gallery de Nueva York, en 1968, con el título de "Earth Works", y al año siguiente, la presentada en el White Museum de Ithaca, como "Earth Art". Con la exposición celebrada en el Museo de Leverkusen, en octubre de 1969, se aspiraba a hacer el primer balance del Arte conceptual en su tendencia analítica, lírica y desmaterializada, a la que siguió "Op Losse Schereeven", en el Stedelijk Museum of Amsterdam, con la que se produjo el reconocimiento museístico y europeo del Arte Conceptual, el Land Art, el Anti-form y el Earth Works. Finalmente, con la exposición celebrada en el Museo Cívico de Turín, en 1970, denominada "Conceptual art/ Arte Povera/ Land Art", se llega a la consagración oficial de los nuevos comportamientos artísticos.

La crisis del objeto artístico

Museos
Fundación- Chirivella Soriano
Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) (España)
Museo Nacional Benjamín Vicuña Mackenna (Chile)
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (España)
Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (Costa Rica)
Museo Tamayo Arte Contemporáneo (México)
Museo Patio Herreriano de Arte Contemporáneo Español (Valladolid, España)
MARCO Museo de Arte Contemporaneo (Monterrey Nuevo León; Mexico)
MAC Museo de arte contemporaneo (Santiago, Chile)
Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (MACRo) ( Rosario, Argentina)
[[[Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca]] (Bahía Blanca, Buenos Aires (Argentina), Argentina)]http://mbamac.bahiablanca.gov.ar/

Centros de Arte Contemporáneo
Contrariamente a los museos, su objetivo no es la conservación ni la constitución de un patrimonio. Es decir su función no es coleccionar. Ellos realizan exposiciones o proyectos artísticos en función a su perfil editorial, teniendo como objetivo la difusión y la promoción del Arte contemporáneo.

Movimientos Artísticos
Expresionismo
Abstraccionismo
Cubismo
Surrealismo
Dadaismo
Futurismo
Vanguardismo

Artistas destacados
Picasso
Salvador Dalí
Wasili Kandinsky
Rene Magritte
Marcel Duchamp
Piet Mondrian
Erwin Wurm
Gabriel Orozco
Damien Hirst
Julian Schnabel
Rubén Grau
Tracey Emin

VER PINTURAS DE OBREGON




















































VER BIOGRAFIA
Alejandro Obregón
(Barcelona, España, 1920 - Cartagena, Colombia, 1992) Pintor colombiano. Su familia se trasladó definitivamente a Barranquilla cuando el futuro pintor había cumplido dieciséis años. Con toda seguridad, el cambio de cultura, de ciudad y de ambiente impresionaron al adolescente, en especial el exuberante trópico, con su luz radiante y aire de libertad. Aprendió entonces a comer pescado con ñame, sancocho de sábalo, a fumar Pielroja (cigarrillo que fumó hasta su muerte) y a tomar ron blanco.
En 1938 se trasladó a Boston, Massachusetts, con el fin de estudiar aviación, carrera que casi concluyó, pero por problemas con un profesor fue expulsado de la escuela y regresó a Barranquilla, a trabajar en la fábrica de textiles de su padre, como supervisor de producción. Pronto comprendió que ése no era su ambiente y decidió irse, en 1939, a trabajar como conductor de camión en las recién abiertas petroleras del Catatumbo, lo que constituyó otro gran estímulo para su carrera de pintor, pues la selva y su mundo, el de los motilones, lo embelesaron.
Alejandro Obregón en 1959
Poco tiempo duró en el Catatumbo: comprendió que su destino estaba en los pinceles, la paleta, la espátula y los colores. Viajó entonces, en 1940, por segunda vez a Boston, con el fin de estudiar pintura. Luego de algunas dificultades para conseguir cupo en alguna academia, pues se le consideró "inepto", se matriculó en el sótano del Museum of Fine Arts School, donde funcionaba una escuela para niños. Duró en ella apenas un semestre y allí realizó su primera exposición. Viajó luego a España, como vicecónsul de Colombia en su Barcelona natal.
En la capital catalana se vinculó a la famosa Escuela de Artes de la Llotja, pero fue expulsado poco después por defender vehementemente el arte americano. Ingresó entonces en el Círculo Artístico y después se convirtió en autodidacta, dedicándose a perfeccionar sus conocimientos a través del estudio directo de las obras de los grandes pintores sensuales españoles: Francisco de Goya, a quien consideraba el pintor por excelencia, y Diego Velázquez. Otros de sus ídolos fueron Rembrandt, por la rebeldía contra la injusticia que emanaba de sus cuadros; Picasso, por su influencia sobre la pintura contemporánea, y las pinturas rupestres de las cuevas de Altamira, en especial su famoso bisonte, que inspiraría con el tiempo los lienzos de toros y cóndores de Obregón.
Permaneció en Barcelona hasta 1944 y allí realizó una exposición individual. De regreso a Colombia, se radicó en Bogotá, ciudad en la que compartió estudio con el pintor Ignacio Gómez Jaramillo, en la mansarda de la casa de Juan Friede, y se vinculó al mundo intelectual y bohemio de la capital. Además, fue nombrado profesor de la Escuela de Bellas Artes de Bogotá, en donde pudo realizar una obra titánica, como fue la de sacar a la escuela del estancamiento académico en el que la habían dejado los pintores colombianos de principios de siglo.
Desde su época de residencia en Boston hasta 1946, estuvo en un permanente proceso de formación; su pintura es contradictoria y oscila entre cierto academicismo tradicional y un expresionismo cezanniano muy forzado. Sin embargo, comenzaba ya a mostrar su característico estilo vital y fogoso, como demuestra su lienzo Retrato de Bolívar (1944), en que pintó con colores violentos al Libertador, con una figura en rojo cubierta por una capa amarilla y negra.
El año siguiente, en una exposición retrospectiva de 62 obras suyas que se llevó a cabo en la Sala Gregorio Vásquez de la Biblioteca Nacional de Bogotá, se podía apreciar el abandono de los colores violentos, que pasó a reemplazar por tonalidades grises; sus temáticas dominantes fueron autorretratos, cabezas femeninas y paisajes.
Expresionismo mágico
El cambio definitivo en la pintura de Alejandro Obregón comenzó en 1947, cuando incorporó a su pintura lo que se ha dado en llamar "expresionismo mágico", con recuerdos del cubismo. Introdujo la temática de los peces, de las barracudas, pero también los acontecimientos de la época, pues presenció en Bogotá los sucesos del 9 de abril de 1948, vio arder la ciudad, ríos de sangre por las calles, almacenes saqueados, escombros y muertos, detalles que guardó en su mente y que le sirvieron para pintar sus Masacres, que además le permitieron expresar su tragedia interna, la que todo artista lleva dentro de sí, y que le permitió comprender que, sin renunciar a la libertad artística, podía denunciar, aunque "nunca solucionar, porque la pintura por sí sola nunca arregla nada".
Estudiante muerto (1956)
Su empeño por sacar del acartonado academicismo el arte colombiano continuó: imbuido de cierta "conciencia" social, se dedicó a la búsqueda de un lenguaje propio. En 1948-1949 fue director de la Escuela de Bellas Artes de Bogotá, oportunidad que aprovechó para cambiar a los vetustos profesores y crear un centro abierto en el que se pintaba todo el tiempo.
En mayo de 1949 viajó a París, donde permaneció hasta 1954. Durante esos cinco años, se dedicó a definir y cualificar su estilo, y conoció a Picasso. Aunque expuso en Alemania, Montelimar y París, fue en 1955, al exponer en la Unión Panamericana de Washington, cuando se posicionó de manera definitiva como uno de los grandes artistas contemporáneos. Había pintado ya dos de sus obras más emblemáticas: Puertas y el espacio (1951) y Bodegón en amarillo (1955).
En julio de 1955 regresó a Colombia para ponerse al frente del movimiento nacional de artes plásticas. Inició una pintura simbolista representada en animales como el toro (símbolo de la fuerza, del impulso, de lo masculino, de lo primario), el pez (contraseña cristiana), las flores (que simbolizan la ternura), elementos de la vida cotidiana (el martillo, la tenaza...) o productos naturales americanos como el tabaco o el maíz.
A principios de 1956, en Barranquilla, entró a formar parte del Grupo de la Cueva. Comenzó a pintar murales: uno para la residencia de Carlos Martínez Leyes y otro para el Banco Popular. Ratificó sus éxitos al conseguir el primer premio en la Exposición Gulf Caribean Internacional, en Houston. Participó en el Concurso Guggenheim, que tuvo lugar en el Museo Nacional, y ganó el primer premio con su óleo Velorio, que fue adquirido por la Unión Panamericana de Washington. Además, el Museo de Arte Moderno de Nueva York adquirió una de sus obras. El año siguiente, además de participar en la IV Bienal de São Paulo, expuso en la Galería Creuze de Nueva York y en Washington.
La tercera etapa artística de Alejandro Obregón comprende el período 1958-1965: madurez plena, un estilo muy personal, expresionista y americanista, con formas abiertas y vigorosas, que sólo aluden a la grandeza y a la feracidad del continente. En 1959 fue nombrado profesor de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia. Incluyó en su temática pictórica a los cóndores, una especie amenazada de extinción con la que tuvo una cercana relación en el zoológico de la Ciudad Blanca. Ese interés por el cóndor lo reflejó en el gran mural que pintó ese año para la entrada de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República en Bogotá.
Torocóndor (1959)
En esta etapa incluyó también tigres, alcatraces, mojarras y toros, con lo que enriqueció y vivificó su pintura, la hizo más emotiva, mítica y mágica. También introdujo los volcanes, tema con el cual, en agosto de 1960, atrajo la atención del público en una exposición conjunta con Fernando Botero, Guillermo Wiedemann y Eduardo Ramírez Villamizar celebrada en la Biblioteca Luis Ángel Arango.
Entre 1962 y 1963, Alejandro Obregón ganó el Premio Nacional de Pintura del XIV Salón de Artistas Colombianos con La violencia, quizás su obra más famosa, que confirmó su irrenunciable vocación de denuncia y lo consolidó como el gran maestro de la pintura colombiana, a lo que ayudó su participación en la Exposición Itinerante de Arte Colombiano en Europa, organizada por Marta Traba.
La violencia
En 1963 presentó en el XV Salón de Artistas Colombianos el óleo Genocidio, que fue declarado fuera de concurso. Acorde con su humanismo, en mayo de ese año pintó Homenaje a un poeta muerto, expuesto en la Galería de Arte Moderno durante el homenaje al poeta Jorge Gaitán Durán. Expresó su multifacética personalidad artística cuando realizó la escenografía para el ballet La embrujada, dirigido por su segunda esposa, Sonia Osorio.
En noviembre de 1963 renunció a la dirección de la Escuela de Pintura de la Universidad del Atlántico y viajó a Europa, donde permaneció hasta febrero de 1964. Su producción artística se multiplicó y, entre otras obras, pintó los murales del Banco Comercial Antioqueño de Bogotá y del National City Bank de Barranquilla. En octubre obtuvo el primer premio de la II Bienal Suramericana de Arte que tuvo lugar en Córdoba, Argentina. También recibió un importante reconocimiento cuando la Unión Panamericana filmó el documental Alejandro Obregón, de Colombia, pinta un mural, en la que el artista explicaba la técnica de la pintura al fresco. En septiembre realizó una exposición retrospectiva (1939-1965) en la Galería Colseguros.
Agua cálida (1962)
En 1966 abrió una nueva etapa artística caracterizada por el paso del óleo, técnica que consideraba obsoleta, al acrílico, a su entender el medio del siglo XX. Este cambio restó, ciertamente, misterio y fuerza a su obra. Inició esa nueva fase con la temática Los huesos de mis bestias. Cambió también de residencia, y en 1967 pasó del taller de Barranquilla a otro en Cartagena de Indias. Frecuentemente, con una buena dosis de ron Tres Esquinas, gritaba: "¡Que viva Cartagena, aquí voy a vivir para siempre!". Y allí viviría, efectivamente, hasta el final.
Inició esta etapa de su vida artística con la obtención, por segunda vez, del premio del XVIII Salón de Artistas Colombianos de 1966 con el óleo Ícaro y las avispas, y en el salón del año siguiente participó con la escultura en bronce Aveseli Raptolauro, uno de sus escasos ensayos en el campo de la escultura. A dicho evento sólo volvió en 1973, en calidad de miembro del jurado del XXIV Salón. Incursionó también en otros campos: en 1968, participó en el rodaje de la película Queimada, del italiano Gillo Pontecorvo, junto al actor norteamericano Marlon Brando, y al año siguiente ensayó el grabado. En 1972, ilustró la obra de su amigo Álvaro Cedepa Samudio Los cuentos de Juana y en algunas ocasiones se dedicó a la poesía. En 1975 realizó su única gran escultura (doce toneladas de bronce y siete metros de alto), que adorna la plazuela de Telecom, en Bogotá.
Nuevos temas
En los años setenta Obregón insistió, hasta la obsesión, en las temáticas que lo consagraron, pero también introdujo algunos otros temas como el de Blas de Lezo, el de la brujería y en 1975, al igual que un viejo conocido suyo, el historiador Juan Friede, se interesó por la Revolución Comunera de 1781 y pintó el cuadro Zozobra: el grito de Galán, que presentó en la exposición de la Plástica Colombiana del Siglo XX, organizada por la Casa de las Américas en La Habana (1976). Continuó exponiendo en las principales galerías bogotanas: Arte Moderno, Belarca, El Callejón, Independencia, La Rebeca, Centro Colombo Americano y en la Biblioteca Luis Ángel Arango.
También se mantuvo su asistencia a bienales latinoamericanas y la obtención de galardones, como el Gran Premio Latinoamericano Francisco Matarazzo Corintio de la IX Bienal de São Paulo, por su Ícaro calcinado. Sus retrospectivas más memorables fueron la del Center for Inter-American Relations de Nueva York, de abril de 1970, y la de 1991 en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, que reunió cinco décadas de su vida artística y fue también su última exposición en vida. De ella se recuerdan algunos apuntes: cuando se estaba montando la muestra, el curador Eduardo Serrano, por una imprudencia, tuvo que aguantar un regaño fuerte del maestro, que terminó con la exclamación: "¡Artista mata a crítico de arte!". Más adelante, durante la inauguración, Obregón dijo: "¡Me impresiona ver cuadros que no recuerdo haber pintado!".


ARTE PREHISPANICO

Arte prehispánico de Mesoamérica
Las grandes civilizaciones de América antes de la llegada de Cristóbal Colón surgen en Mesoamérica, y muy en particular en el sur de México y en la franja costera de los Andes septentrionales. Su cronología abarca aproximadamente desde 2500 a. C. a 1500 d.C., en que la civilización indígena fue destruida por la invasión europea.
Es indiscutible que la civilización mesoamericana evolucionó al margen de Europa, y también, probablemente, del mundo oriental. Este aislamiento arranca de las postrimerías del Paleolítico superior, en el momento en que los futuros indios americanos, oriundos de Asia, atravesaron el paso entre Siberia y Alaska. Al desaparecer el puente de Beringia, los americanos quedaron aislados y fuera del alcance de influencias externas.
En este lapso de 3.000 años, surgen y desaparecen diversas civilizaciones muy complejas, algunas de ellas creadoras de una arquitectura monumental y avanzada, y también de notables muestras de cerámica, talla de piedra y madera, y pintura.
Las culturas de Mesoamérica se dividen en tres períodos cuya cronología aproximada es la que sigue: Período Preclásico, desde 2500 a. C. hasta el año 200 d.C.; Periodo Clásico, del 200 d. C. al 800 d.C.; y Período Posclásico, del 800 hasta la conquista española 1521 aprox.
El preclásico produjo principalmente cerámica no ornamentada, pero también las creaciones de la cultura olmeca, muy evolucionada, que floreció poco más o menos entre 1200 a. C. y 600 a.C.. Muy famosas son sus figurillas de jade y sus ciclópeas cabezas de piedra, sobrecogedoras por su enigmático simbolismo, que miden a veces más de 2,00 metros de altura. Están ejecutadas con un acusado sentido naturalista: los labios abultados y la expresión ceñuda les confieren una tensión inquietante. Parece que los olmecas iniciaron la tradición mesoamericana de construir colosales centros ceremoniales de piedra y de llevar una notación cronológica.
Durante el período clásico se consolidan las comunidades agrarias de carácter teocrático asentadas en metrópolis sagradas, distintas según la zona, pero con una serie de rasgos comunes: escritura jeroglífica, amplio conocimiento de la astronomía y macizos templos de base piramidal, así como un enigmático juego de pelota de significado ritual y una iconografía equiparable de divinidades, algunas de ellas despiadadas y crueles.
Una de las culturas más detacadas es la de Teotihuacan, ciudad sagrada de unos 85.000 habitantes, en la altiplanice mexicana.
Más conocida es la difundida civilización maya, cuyas realizaciones artísticas se hayan muy relacionadas con la lluvia y la fecundidad del suelo. En el aspecto formal, predomina la ornamentación labrada en bajorrelieve; son pocas las figuras esculpidas en bulto redondo. Aún así, los mayas demuestran, tanto en la talla de la madera como de la piedra, un notable dominio del diseño libre, cursivo, a menudo de intrincada densidad. Los jeroglíficos (muchos de ellos ya descifrados) proliferan a través de la superficie, ocupando el espacio en torno a figuras muy estilizadas pero expresivas. Este tipo de labra se da sobre todo en los templos, jambas y dinteles de puerta, y también en las estelas conmemorativas que a veces alcanzan hasta 10,00 metros de altura. Una de las manifestaciones más interesantes y prolíficas del arte maya es la cerámica, bien en forma de vasos, a menudo pintados, o de figurillas. Se conservan algunos códices mayas y raras muestras supérstites de pinturas murales del período clásico tardío que acreditan un estilo y una iconografía muy avanzados; las figuras, de perfil, están delimitadas por un grueso trazo negro y el cuerpo aparece coloreado con tintas.

El período posclásico coincide con el surgimiento de las teocracias militares: mixtecos, toltecas y aztecas, estos últimos los más conocidos. Todos parecen tributarios, cada vez en mayor medida, de dioses que se nutren de los sacrificios humanos. En consecuencia, su arte escultórico es brutal y a menudo de lúcida e inquietante expresividad. Los toltecas esculpieron en piedra estatuas exentas de gran tamaño, como los atlantes de Tula, cuya expresión cruel, abstracción y gigantismo han causado hondo impacto en los escultores modernos. Los mixtecos ejecutaron pinturas al fresco y, muy en especial, ilustraron códices con figuras de coloración plana envueltas en un tupido entramado de motivos geométricos. También trabajaban con gran maestría las piedras finas, las plumas, la cerámica y el oro. El arte azteca se manifiesta en particular en sus monolíticas esculturas, de una expresividad terrorífica, tallas muchas veces con extraordinario primor en las piedras más duras. Una de las piezas más conocidas es la de una diosa parturienta cuyo semblante trasluce una angustia sin concesiones.
En América del Sur, existía desde por lo menos el año 5000 a. C. (Caral, Perú) una compleja civilización que formaba una ciudad estado en la costa central del Perú y hacia el 1000 a. C., otra compleja civilización conocida como la cultura Chavín, nombre derivado de un centro religioso erigido a unos 3.000 msnm (Chavín de Huántar), en el Altiplano andino septentrional del Perú. Se han hallado muestras escultóricas, en su mayor parte de pequeñas dimensiones, aves e intrincadas figuras zoomorfas, cerámica y orfebrería en oro. Entre los mejores artesanos de este metal se contaban los chimúes, que ocuparon la costa norte peruana (c. 1200-1470 d.C.).
La más conocida cultura de América del Sur es la de los incas, cuyo dominio fue de corta duración (1476-1580 d.C.). Eran magníficos canteros y constructores, y sus vestigios más impresionantes son de orden arquitectónico. De su estatuaria sólo se conservan en cantidad apreciable figurillas labradas de piedra o metal. Tienden a las formas estereotipadas y a la abstracción de los volúmenes geométricos.
La cultura de Mesoamérica fue la primera en sucumbir ante los españoles, tras la conquista del imperio azteca por Hernán Cortés. El fin de la civilización incaica se consumó hacia 1580 por Francisco Pizarro, con lo cual dejó de influir la savia que nutría la cultura indígena.






ARTE GRIEGO



Arte de la antigua Grecia
(Redirigido desde Arte griego)
















Diadúmeno, de Policleto (3er cuarto del siglo V a. C.).
El arte de la antigua Grecia es el estilo elaborado por los antiguos artistas griegos, caracterizado por la búsqueda de la «belleza ideal», recreando el «mundo ideal» del modelo platónico, o mediante la «imitación de la naturaleza» en el sentido de la mimesis aristotélica.
La cultura desarrollada por los antiguos griegos establece los fundamentos de la cultura occidental. De ella surgieron los conceptos y principios del arte, la filosofía y el saber posterior.
Introducción
Los griegos instituyeron el principio de la consideración racional del hombre y de la naturaleza, en la que encuentran la razón que explica la experiencia sensorial de la estética en el arte griego. La belleza para los griegos estaba en la perfección, la proporción y la armonía. El filósofo griego Protágoras mantenía que el hombre era la 'medida ideal' de todas las cosas. El conocimiento de las partes, y su relación con el todo, está en la raíz de la belleza y de la virtud para los helenos. La belleza se define intelectualmente como la armonía de las partes en el todo.
Estas ideas se plasmaron en la arquitectura y la escultura con la aplicación de los conceptos de 'orden arquitectónico' y 'canon de belleza', en ambos la belleza se concibe como proporción armónica entre las partes y el todo, sea de un edificio o del cuerpo.
El arte de la Antigua Grecia ha ejercido enorme influencia en la cultura de muchos países

occidentales desde los tiempos antiguos hasta el presente, particularmente en la escultura y arquitectura, evolucionando y vinculándose con la sociedad de la época.
El arte del Imperio Romano deriva de los modelos griegos. En Oriente, las conquistas de Alejandro el Grande iniciaron largas décadas de intercambio entre las culturas griega, hindú y asiática, resultando en el denominado arte greco-budista, cuyas ramificaciones llegan incluso hasta Japón. El Renacimiento europeo se nutrió del ideal humanista y de los altos estándares técnicos del arte griego, inspirando a generaciones de artistas europeos.
La tradición clásica surgida de Grecia dominó periódicamente el arte del mundo occidental hasta finales del siglo XIX.


















El Discóbolo de Mirón, Una escultura representativa del Arte Griego Antiguo.
El Arte griego antiguo ha ejercido una gran influencia la cultura de muchos países a partir de épocas antiguas hasta la actualidad, especialmente en el área de la escultura y la arquitectura. En el oeste, el arte del Imperio Romano fue derivado en gran parte de modelos griegos. En el este, debido a las conquistas de Alejandro Magno se inició el intercambio entre Grecia y los territorios de Asia e India central; éste choque cultural generó el Arte Greco-Budista, con influencia incluso en Japón.
Después del renacimiento, en Europa, el humanismo estético y los altos logros del arte griego inspiraron a generaciones de artistas europeos. En el siglo XIX, la tradición clásica derivada desde Grecia dominó el arte del mundo occidental.
Períodos El Arte de la antigua Grecia se divide estilísticamente en cuatro períodos:
Geométrico.
Arcaico.
Clásico.
Helenístico.
El arte Geométrico se data entorno al año 1000 a. C., aunque se conoce poco sobre el arte griego durante los 200 años precedentes (tradicionalmente conocido como edad oscura griega); el período del siglo VII a. C. atestiguó el lento desarrollo del estilo Arcaico según lo observado por el estilo de pintura de 'figura-negra'. El inicio de las Guerras Médicas marcará el final del período Arcaico y el comienzo del Clásico; el reinado de Alejandro Magno (336 a. C. a 323 a. C.) es tomado como la separación entre el arte Clásico y el Helenístico.
En realidad, no hubo ninguna transición radical entre un período y otro. Las distintas formas de arte evolucionaron a ritmos distintos en diferentes lugares del mundo griego, y como en cualquier época algunos artistas elaboraron estilos más innovadores. Fuertes tradiciones locales, el carácter conservador, y las exigencias de los cultos religiosos, permiten a los historiadores localizar los orígenes de obras de arte, incluso de las desplazadas.
Vestigios

Ruinas del Templo de Artemisa en Éfeso.

Grabado de la estatua de Zeus en Olimpia.
El arte antiguo griego ha perdurado en la forma de esculturas y arquitectura; también en artes menores como el diseño de monedas, el grabado de alfarería y gemas. Los Griegos, como la mayoría de las culturas europeas, consideraron la pintura como una de las formas más altas de arte. El pintor Polignoto de Tasos, [1] que trabajó en el Siglo V a. C., fue considerado por algunos griegos del igual manera como actualmente se recuerda a Leonardo o a Miguel Ángel, sus trabajos fueron admirados incluso 600 años después de su muerte, sin embargo, ninguna obra o copia ha perdurado.
Los pintores griegos trabajaron generalmente con paneles de madera, que se estropeaban rápidamente (después del siglo IV a. C.), cuando no eran bien protegidas. Hoy en día no queda casi ninguna pieza de pintura griega, excepto algunos restos de pinturas en terracota y de algunas pinturas en las paredes de tumbas, sobre todo en Macedonia e Italia. De las obras maestras de la pintura griega tenemos solamente algunas copias realizadas en las épocas romanas, la mayoría de ellas son de una calidad inferior. Las pinturas en cerámica, de la cual han sobrevivido muchas piezas, sobre todo del período arcaico, dan un cierto sentido de estética a la pintura griega.
Todas las esculturas y obras de arquitectura que ha perdurado, sólo son una pequeña muestra de la inmensa colección de obras griegas. Muchas esculturas de dioses paganos fueron destruidas durante la era cristiana. Desgraciadamente, cuando se calcina el mármol se produce la cal, y ése era el destino de muchas obras de mármol griegas durante la Edad Media.[2] Durante ese mismo período, debido a la escasez de metales, la mayoría de las estatuas de bronce eran fundidas.[3]
La gran mayoría de edificios griegos no han perdurado, debido a varias razones: fueron destruidos en guerras, saqueados para obtener materiales de construcción o abatidos por terremotos. Solamente un puñado de templos, tales como el Partenón y el templo de Hefesto en Atenas. De las cuatro maravillas del mundo creadas por los griegos ninguna ha perdurado:
La estatua de Zeus en Olimpia.
El templo de Artemisa en Éfeso.
El Coloso de Rodas.
Faro de Alejandría.
A partir del período arcaico del arte griego, las cerámicas pintadas y las escultura son casi las únicas formas de arte que han perdurado. La pintura estaba en sus inicios durante aquel período, y ningún ejemplo ha perdurado. Aunque las monedas fueron inventadas en el siglo VII a. C., no eran comunes en la mayor parte de Grecia hasta el siglo V a. C.
Cerámica

Crátera del siglo VI a. C.
Artículo principal: Cerámica griega
De éste período destacan la elaboración de cerámicas para uso cotidiano, o de carácter fúnebre, donde se emplearon grandes jarrones muy bien provistos.[4] Estos jarrones estaban ornamentados con representaciones lineales, y motivos relacionados con la muerte, como batallas marítimas o terrestres. La mayor parte de la alfarería está compuesta por piezas domesticas, de las que perduraron recipientes tales como las ánforas,[5] pequeñas cráteras[6] e hidrias.[7] Por otra parte, de la cerámica funeraria se han encontrado varias urnas. También se fabricaron figurillas en barro cocido, principalmente para ser depositadas como ofrenda en los templos. Durante el período helenístico, fue elaborada una gran variedad de objetos de alfarería, aunque sólo algunas poseen valor artístico.
Durante los períodos más antiguos, hasta las pequeñas ciudades griegas producían objetos de alfarería para el mercado local, siendo sus estilos y modelos muy variados. Entre los años 550 y 480 a. C. el arte en cerámica sufrió una gran transformación; además, los autores incluyeron sus nombres, el nombre del alfarero o del pintor que decoraba aquellas piezas (también existían algunos artistas que practicaban ambos labores). La alfarería ateniense y Corintia destacaron por sobre las demás. Atenas creó las primeras representaciones del estilo bello: recipientes con figuras rojas sobre fondo negro.
La historia de la alfarería griega antigua está subdividida en los siguientes períodos:
Período
A partir del año
Pre-geométrico
1050 a. C.
Geométrico
900 a. C.
Último geométrico o Arcaico
750 a. C.
Figuras Negras
Siglo VII a. C.
Figuras Rojas
530 a. C.
La gama de colores que podía ser utilizada sobre la alfarería fue restringida por las técnicas de cocción: negro, blanco, rojo y color amarillo eran los colores más comunes. Durante los tres primeros períodos, las cerámicas guardaban su color natural claro con algunos motivos negros.
Arquitectura
Artículo principal: Arquitectura en la Antigua Grecia
Uno de los signos más fácilmente reconocibles de los logros artísticos griegos es su agraciada arquitectura, caracterizada por las elegantes columnas de piedra y los frontones triangulares esculpidos de los tres estilos arquitectónicos que se desarrollaron entre el 600 y el 300 a. C.
El Partenón, en la Acrópolis de Atenas, es el mejor ejemplo que perdura de la arquitectura dórica.
Estos estilos fueron creados para construir templos a los dioses. Esculpidos en mármol, ellos imitaron las técnicas de corte de la madera de los edificios hechos originalmente en este material.
El estilo Dórico es el más antiguo y el más simple, con columnas firmes y frentes cubiertos con esculturas que, al mismo tiempo, podían pintarse de rojo o azul para generar impacto. El mejor ejemplo superviviente de un templo Dórico es el Partenón (438 a. C.) en la Acrópolis de Atenas.
El estilo Jónico apareció alrededor del mismo tiempo en las ciudades más ricas de Asia Menor. Produce la sensación de más ligereza y es más decorativo, con columnas esbeltas destacando volutas ensortijadas en cada esquina del capitel. El estilo alcanzó su apogeo en el desaparecido Templo de Artemis en Efeso, una de las Siete Maravillas del Mundo. Se puede admirar la arquitectura Jónica en el Templo de Atenea Nike en la Acrópolis.
Hacia el año 400 a. C. surgió una nueva versión, más elaborada, de la arquitectura Jónica: la Corintia. Se caracterizaba por intrincadas hojas espinosas de acanto esculpidas en los capiteles de las columnas, que puede reflejar la influencia del Medio Oriente. La prestancia del estilo Corintio lo convirtió en el estilo arquitectónico favorito de la Roma Imperial.